Tambor de alegría

Suene alegre el tambor de mi alma, que haga ecos en las montañas de Quisqueya. Que el violinista toque la primera cuerda del violín, afinada en sol 3.

Que cante alegre el ruiseñor paseriforme, que su melodía se escuche al compás del coro del cielo, que los ángeles sopranos canten al amor y que brinden por la eternidad.

Que se vistan de gala las estrellas, que su vestido plateado deslumbre la tierra, el sol se engalane con su traje dorado y que la luna con su mirada pícara observe las olas.

Las olas con sus trenzas turquesas , acarician el viento que se mece entre los arrecifes de corales que te invitan amar, entre el verde del bosque que se mezcla con el despertar.

Eduviges Guerrero Rijo poeta