Cabalgaré entre las alas del viento, entre el cielo azul y el mar turquesa de Quisqueya, donde el azul matiza con el brillo del sol, y la gaviota refleja su vuelo singular.
Cabalgaré entre el oleaje de tu alma, hasta sentirme perdida en tus detalles, tu belleza, tu sonrisa, tu mirada que ilumina mis mañanas, mis tardes, mis noches.
Donde espere el alba, los destellos del amanecer mezclado con el abrir de las flores, el cantar de las aves y, el aroma del café, que en las tardes de verano tu cuerpo sea irrigado con la fuente del amor.
Que las noches te brinden su magia, estrellas, frío, calor, amaneceres incontables, dichas insospechadas, romances y más amor de ese que contagia, que engrandece y te hace felíz.
Cabalgaré contigo hasta el infinito, allí donde está Dios, donde los sueños se hacen realidad, donde el cielo y la tierra engalanan su escenario, donde las mariposas besan el alma que besa.
Poetisa, Eduviges Guerrero Rijo
Muy hermoso y profundo tu poema, Eduviges. Concluyes con un párrafo bello y muy sentido: Cabalgaré contigo hasta el infinito, allí donde está Dios, donde los sueños se hacen realidad, donde el cielo y la tierra engalanan su escenario, donde las mariposas besan el alma que besa.
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