Estas cadenas que llevan al destierro, en la más insólita soledad, es la cadena perpetua del alma vacía, de aquella olvidada en un lejano infinito.
Es destierro de lágrimas caídas, que ocultan el brillo de una mirada primaveral, es sonrisa opaca por eclipses de días grises.
Es destierro de voces silenciadas, de luto sin llantos, de muertos sin tumbas, vagando en algún paraje, donde ha caído la noche y la luna no brinda su magia.
Es crepúsculo de un atardecer, que ha llegado a su clímax, es viento que sopla contrario a la vela, es la última carta de un romance de ayer que el tiempo ha borrado su tinta.
Es destierro saber que el cronómetro no se detiene donde lo dejé, me pregunto : ¿por qué? Es hojarasca que el otoño dejó caer para nunca más volver.
Poetisa Eduviges Guerrero Rijo
Eduviges, siempre me resulta grato leer tus publicaciones. Las disfruto mucho y percibo que cada día lo hacer con mayor sensibilidad. Te felicito.
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Gracias
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